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No estoy de acuerdo con la gente, desilusionada (con razón) de las instituciones mexicanas, que llama a abstenerse de votar para castigar al sistema y a los partidos políticos por sus detestables líos. Dejar de votar es apoyar el robo de elecciones por parte de los que ejercen los poderes fácticos, obsequiándoles un camino sin obstáculos. El que calla otorga. En lugar de hacer berrinche y quedarse en su rincón, la ciudadanía tiene que luchar por obtener de una vez por todas elecciones limpias y libres de influencia extranjera.
Los electores mexicanos de hoy honestos e inteligentes, por fin más conscientes que los que dejó el priísmo dictatorial, aprendieron a palos del panismo traidor (hasta de sus propios principios y gente como lo prueba la fundación del PRIAN por Salinas y Diego F de C. en 1989 que expulsó de ese partido a sus mejores hombres) a interesarse en la Cosa Pública y a entender que con un voto razonado y patriota, que sirva al país y no a intereses particulares y de partidos, podemos recuperar a México del desastroso estado en que lo deja Calderón.
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APAGA LA TELEVISIÓN, NO PERMITAS QUE ASESINEN TU MENTE, MEJOR LEE UN LIBRO E INFÓRMATE EN LOS MEDIOS ALTERNATIVOS.
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