Julián Lebarón, un chihuahuense común y corriente convertido en activista contra la violencia y una de las figuras centrales del Movimiento por la Paz con Justicia y Digndad (MPJD) que encabeza el poeta Javier Sicilia, anunció el día de hoy a través de su cuenta de Facebook que abandonará el colectivo por no concordar con sus estrategias y visiones.
Lebarón señaló que la principal función del Movimiento fue convertirse en un interlocutor entre los partidos políticos y el gobierno y que dichas instituciones y poderes no permitirán resolver los problemas del país.
A continuación reproducimos la carta íntegra del señor Lebarón:
Queridos Amigos y MPJD (Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad)
En una crisis espiritual y de conciencia, he buscado la forma de construir un país y un mundo menos violento. En esa búsqueda de seguridad, dignidad y justicia he aprendido muchísimo:
Soy un mexicano afectado profundamente por la violencia; mis familiares y seres queridos desolados, sobrinos huérfanos, entrañables amigos en situaciones desgarradoras, secuestros, extorsiones, asesinatos y mucho miedo.
Estoy indignado y tengo hambre de paz para México y para mis hijos.
Me sume a esta lucha por terminar con la violencia. Considero que todos y cada uno de los ciudadanos debemos asumir nuestra responsabilidad y participar en cambiar a nuestro México, creo que la responsabilidad individual es el camino y el proceso a seguir.
Cuando vi que Javier Sicilia estaba emplazando a las autoridades de Morelos, me pareció que emprendía un método efectivo. Me traslade a Cuernavaca, y conmovido me uní a sus esfuerzos. Así comenzó mi actividad en el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad. Me sentí atraído, ya que creo que la autoridad es legítima cuando es delegada responsablemente y voluntariamente por los ciudadanos. Cuando dicha autoridad se aleja de ser ética o deja de ser representativa de los intereses y la voluntad de las personas, pierde su legitimidad, deja de ser válida y la acción ciudadana, incluso la desobediencia se vuelve un deber sagrado.
Con el Movimiento Por La Paz Con Justicia y Dignidad marchamos y recorrimos por pueblos heridos y hablamos, peticionamos y consolamos a personas muy lastimadas, todo esto me pareció muy efectivo y bello.
Después participamos en diálogos y acercamientos con las autoridades más altas del estado mexicano y terminé por darme cuenta que la principal función del MPJD se convirtió en ser un interlocutor con los partidos políticos y el gobierno:
Creo que estas instituciones y poderes no pueden ayudar sin dividir más, endeudar más y fracasar más como intermediario de la sociedad. A partir de esa observación, y dado que se tomó esa vertiente, me reuní con Javier a quien considero un gran líder y noble amigo. Después de un intercambio de reflexiones y coincidencias de su parte, he decidido desvincularme del MPJD. Creo, por convicción y conciencia, que tenemos que hacer nosotros lo que no ha podido hacer la autoridad. Yo imagino que la idea de que el gobierno traiga la paz, es como tratar de reparar un auto con un serrucho; no funciona. Permanezco con el propósito de continuar organizándonos como ciudadanos responsables, que unidos construyamos el futuro de nuestro país. Esta, para mi, es la solución y estaré al lado de todos los que quieran seguir en esta dirección.
Creo que los ciudadanos hemos permitido y fomentado instituciones que son destructivas, obsoletas, anacrónicas y arcaicas porque hieren, ofenden y lastiman a las personas. No creo que el sistema de gobierno como tal nos pueda traer la paz que buscamos, ya que en su forma de imponer el orden incorpora la contradicción, la coerción y la violencia.
Creo que los problemas morales y económicos son asuntos cívicos, que deben asumirse como responsabilidad ciudadana y no gubernamental.
Seguiré luchando por este fin y propósito, es el camino que me tracé en un inicio cuando fue asesinado mi hermano Benjamin LeBaron y mi amigo Luis Widmar.
Hemos caminado mucho y quiero decir enfáticamente que tengo un profundo amor y respeto por los amigos y seres queridos que han movido conciencias con su ejemplo, su fuerza y su voluntad. Junto con ustedes hemos recorrido nuestro país para dar testimonio de lucha y fortaleza. Amo a quienes han dado su vida por defender la libertad y la dignidad de todos.
Con el espíritu de responsabilidad individual me uní a la caravana, ha sido el mensaje que he querido transmitir desde el principio y lo seguiré haciendo con las herramientas que creo más efectivas para seguir persuadiendo y trabajando por un mejor futuro. Siempre estaré dispuesto a unir fuerzas con quienes quieren luchar para que seamos todos respetados.
Viva México.
Julián LeBarón
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