Javier Duarte de Ochoa está a un tris de verse en un problema muy, pero muy grave. Tan grave, que podría costarle el cargo.
Diputados locales de oposición en Veracruz señalaron que el gobierno estatal no puede pagar en efectivo ningún servicio ya que la normatividad federal prohibe hacer pagos en efectivo por más de 2 mil pesos.
Razón por la cual resulta imposible de creer la versión del secretario de finanzas de Veracruz, Tomás Ruiz, de que iban a pagar en efectivo "por las prisas."
¿Cómo van a hacer un pago ilegal simplemente "por las prisas"?
Peor aún; el PAN dijo ayer que van a denunciar al gobierno de Veracruz por lavado de dinero.
Mientras tanto, Mario Di Costanzo, diputado federal del PT, retó a Javier Duarte a que dijera de qué banco hicieron el retiro de 25 millones de pesos y a que mostrara la ficha de depósito.
Obviamente, Duarte no lo ha hecho.
Si el asunto sigue escalando, a Duarte no le va a quedar otra más que pedir licencia o de plano renunciar al cargo.
Y es que mientras Duarte siga de gobernador, el escándalo inevitablemente va a seguir afectando a Enrique Peña Nieto, quien ayer ya tuvo que salir a decir en público que los 25 millones no eran para su campaña (ajá, como si Peña Nieto fuera a auto-incriminarse en delitos electorales.)
Duarte se ha convertido en el nuevo Moreira. Ahora la pregunta es cuánto tiempo va a pasar para que en el PRI lo hagan a un lado.
Por eso mejor AMLO 2012.
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