Jóvenes y mujeres son los nuevos electores que están definiendo el curso de las elecciones. Por ello, partidos y candidatos salen literalmente a la caza de estos votantes. En reciprocidad, uno podría deducir que la edad y el género son dos de los factores más apreciados por los ciudadanos al momento de decidir su voto. ¿Esto es así?
En un sondeo nacional a domicilio levantado hace apenas un mes, con un margen de error de 3.1%, al preguntar a los encuestados “qué tan importante es para usted que el próximo Presidente de México sea…”, al dar a elegir entre 24 atributos, los que mayormente concentraron el calificativo de “mucho” fueron: una persona “honesta” 66%, “confiable” 64%, “inteligente” 62%, “cercana a la gente” 60% y “comprometida” 60%.
El ser “joven” se ubicó en la posición 18 (con 19% de menciones de “mucho”), mientras que el ser “mujer” se colocó en la última posición, la 24 (15% de menciones).
Con otros dos reactivos, se observaron resultados similares. “De las siguientes cualidades que debería tener el próximo presidente de México, dígame por favor cuál prefiere: ¿que sea hombre, mujer o le da igual? Me da lo mismo 61%, hombre 24%, mujer 10%, Ns/Nc 5%”.
“De las siguientes cualidades que debería tener el gabinete de gobierno del próximo presidente de México, dígame por favor qué cualidades prefiere: que sean personas honestas 40%, que sean personas con experiencia 27%, que sean personas sin identificación con partidos 14%, que sean personas jóvenes 9%, que sean funcionarios del mismo partido que el presidente o de partidos de oposición 6%, Ns/Nc 4%”.
¿Qué podemos observar de estos resultados? En primer lugar, que la honestidad del próximo presidente de México pesa más en los ciudadanos que la circunstancia generacional o de género. Que en cuestión de gabinete, la honestidad, la experiencia y la no filiación partidista son mejor valoradas que la edad y la pertenencia a algún partido político.
Ahora bien, ¿los electores jóvenes votan por candidatos jóvenes? ¿Las ciudadanas votan mayoritariamente por sus iguales de género?
Con base en diferentes experiencias electorales podemos señalar que las consideraciones de generación y de género, por sí solas, no son determinantes en el desenlace de una elección. De otra forma, no hubiesen llegado a la Presidencia de sus países los líderes y lideresas siguientes.
Lula Da Silva ganó la presidencia de Brasil a los 58 años de edad (2003), cuando la edad promedio de los brasileños era de 25 a 30 años y él era el candidato de mayor edad en la contienda.
Otro socialista, Francois Mitterrand ganó la presidencia de Francia a los 65 años (1981), cuando la edad promedio de los franceses se ubicaba en el rango de los 35 a 40 años, siendo también el mayor de los participantes en la contienda presidencial gala.
Por el lado conservador, podemos ubicar tres ejemplos. Ronald Reagan alcanzó la presidencia norteamericana a los 69 años (1980), siendo la edad promedio de los norteamericanos entre los 35 a 40 años. El año pasado, Sebastián Piñera, con 62 años, ganó la presidencia de Chile (2011), convenciendo a un electorado cuya edad promedio es dos generaciones más joven, de 30 a 35 años. En tanto en España, Mariano Rajoy hace tres meses, se hizo de la presidencia a los 58 años, con el voto de un electorado indignado cuya mayor rango de edad se concentra en el quinquenio de 35 a 40 años.
Por otra parte, Lula Da Silva, Francois Mitterrand y Ronald Reagan lograron reelegirse, generalmente frente a contendientes de menor edad.
En el caso de las cinco mujeres más conocidas que han llegado a gobernar por primera vez en sus países (Margaret Thatcher, Gran Bretaña, a los 54; Angela Merkel, Alemania, 51; Violeta Chamorro, Nicaragua, 61; Michelle Bachelet, Chile, 55 y Cristina Kirchner, Argentina, a los 54), podemos señalar que movilizaron por igual voto femenino y masculino, siendo la cuestión de género un factor interviniente pero no determinante en el resultado.
En México, la cuestión generacional o de género no es el tema central de la próxima elección. Y es que la pregunta importante no es si México está preparado para ser gobernado por una mujer, sino más bien si es capaz de continuar otros seis años de inseguridad, desempleo y desigualdad bajo las siglas del PAN. Tampoco si el cambio que espera el país se resuelve simplemente con un cambio de rostro, donde queden intactas las estructuras de poder y corrupción que han alimentado tradicionalmente al PRI: es decir, si el cambio consiste en servir vino nuevo en odres viejos.
Para muchos ciudadanos, el cambio verdadero va más allá de una cuestión generacional o de género: se trata claramente del cambio de rumbo que necesita el país, para garantizar por lo menos dos avances muy específicos: un presidente honesto, con un gabinete de ciudadanos expertos.
ricardo_monreal_avila@yahoo.com.mx
Twitter: @ricardomonreala
Ricardo Monreal Ávila es Senador de la República por el PT y coordinador de campaña de Andrés Manuel López Obrador.
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