El grupo de trabajo EMCAR considera que el gobierno que iniciará sus responsabilidades en próximo 15 de febrero, debe considerar la necesidad de saldar la onerosas cuenta pendiente que las dos administraciones anteriores han dejado en materia de salud.
Son prioridades inaplazables:
1. Nombrar como titular de la secretaría a un profesional de la salud y apoyarlo con un equipo técnico de 5 profesionistas afines para reordenar los servicios y las acciones de la dependencia. Los improvisados y los de bajo perfil ya no deben tener cabida en una responsabilidad de primer orden para el gobierno que inicia.
2. El equipo mencionado debe avocarse a analizar los documentos de planeación/programación de la administración saliente y los resultados obtenidos para, a partir de ello, hacer un verdadero y serio plan de salud estatal basado en los indicadores del INEGI. Ya está bien de ocurrencias y del uso del “tantiómetro”.
La nueva administración estatal no debe repetir la práctica de las dos anteriores: colocar amigos, recomendados y partidarios políticos en puestos burocráticos y de alta responsabilidad que ha dado lugar a un aparato hipertrofiado, ineficiente y oneroso. En todo caso se puede solicitar el apoyo al presidente del empleo para que se haga cargo de este tipo de personal.
3. El plan estatal de salud ha de considerar fundamentalmente:
a). Dar mayor importancia a la atención médica de primer nivel por ser éste, el de mayor rendimiento en cuanto a costo-beneficio. Para ello, es necesario dotar a los centros de salud A, B y C del personal y los recursos necesarios para que cumplan su función. Deben coordinarse adecuadamente con los hospitales para el envío de pacientes bajo el sistema de referencia/contra-referencia
La atención hospitalaria bajo los esquemas utilizados últimamente ha degradado la atención a este nivel, ha sido cara, tardía y no ha abatido sensiblemente la morbimortalidad en el Estado.
b). Restituir el prestigio y responsabilidades de los pocos Maestros en Salud Pública aún subsistentes en la secretaría de salud. Ya está bien de marginar a los profesionales de la salud para cobijar a mediocres.
c). Implementar un equipo de supervisión técnico-administrativa para que analice la situación de cada hospital en cuanto operación, necesidades de personal, de equipo, material de curación, medicamentos e insumos básicos. Es necesario depurar el personal de estos servicios de especialistas “disel” y recomendados.
3. Las jurisdicciones sanitarias deben ser reorganizadas. Han de estar bajo la responsabilidad de personal capacitado y en continuo adiestramiento y actualización. Deben ser oficinas operativas y de vigilancia de los programas de tuberculosis, lepra, dengue, paludismo, diabetes, rabia, hipertensión arterial… y no instancias burocráticas hipertrofiadas dedicadas a recopilar datos y maquillar estadísticas.
4. Se debe rescatar y respetar la dignidad del personal médico de la secretaria de salud de Michoacán. Ya no más personal improvisado cuyos méritos son la militancia y subordinación a determinada corriente partidaria. No es concebible que existan los estratos de médicos de base, homologados, bajo contrato y suplentes; los dos últimos constituyen un verdadero proletariado médico, eso sí muy religioso: Unos piden a la divina providencia que los contraten nuevamente, y, los suplentes, que les paguen sus suplencias antes de dos meses…
crispinrc@hotmail.com
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