(En el año 2000 Carlos Monsiváis detectó un hecho: gracias al hartazgo de la sociedad ante el PRI. ... la gente votó en contra del sistema fálico: el dedazo. El hartazgo es una erótica en la que el bebe pone un límite al plus de goce, la plusvalía erótica, obtenida del seno o del pezón materno ¡Está hasta a la madre!, con el hartazgo pone un límite, se retira a descansar. Hoy aparece en el colectivo un tema de lo individual: la dignidad, la indignación. Los indignados reúnen de manera heteroclótica, una erótica que va más allá de lo útil, de la necesidad, de la demanda de consumo, más allá del deseo. Traza un horizonte novedoso del amor Conviene leer entonces una presentación oral del filósofo Slavoj Zizek ante los ‘indignados’, de él tomo la cita que sirve de título a esta nota, la suscribo, Alberto Sladogna )
“Estamos hartos del
mundo que destina un 1% de la riqueza a los niños que pasan hambre”
Las acampadas en Nueva York continúan y se esparcen por
Occidente. Desde distintos puntos, los indignados transmiten en vivo, difunden
mensajes, tratan de llegar a los más. No parece que este movimiento, nacido
como @OccupyWallStreet, tenga ganas de guardarse en casa.
La ley prohibe usar micrófono en Nueva York. Por eso Slavoj
Zizek tuvo que gritar para dar este discurso, mientras otros repetían sus
palabras. “Lo único que me atemoriza –dijo– es que un día nos vayamos
simplemente a casa y después nos reunamos una vez al año, tomando una cerveza y
recordando nostálgicamente el buen rato que pasamos aquí”.
El esloveno Slavoj Zizek es uno de los pensadores más
influyentes de la filosofía política actual. Y es un conocido de los críticos
del capitalismo de mercado. Estuvo con los “indignados” de Wall Street. Este
fue su mensaje.
DISCURSO SLAVOJ ZIZEK EN LA PLAZA LIBERTY
"[Dicen] somos perdedores todos, pero los verdaderos
perdedores están allí en Wall Street. Ellos fueron rescatados por miles de
millones de nuestro dinero. Somos llamados socialistas, pero aquí ya es
socialismo para los ricos. Dicen que no respetamos la propiedad privada. Pero en
el crack de 2008 se destruyó más propiedad privada, conseguida con gran
esfuerzo, que si todos los presentes se pusieran a destruir día y noche durante
semanas.
Nos dicen que somos soñadores. Los verdaderos soñadores son aquellos
que piensan que las cosas seguirán siendo como son indefinidamente. Nosotros no
somos soñadores, sino que estamos despertando de un sueño que se ha convertido
en pesadilla. No estamos destruyendo nada, sino siendo testigos de cómo el
sistema se destruye a sí mismo.
Todos hemos visto la clásica escena de los dibujos animados
en la que un coche se acerca a un precipicio y sigue rodando ignorando que está
sobre el vacío, y sólo cae cuando el conductor mira hacia abajo y se da cuenta
de ello. Esto es lo que estamos haciendo aquí. Estamos diciendo a los chicos de
Wall Street “¡eh, mirad abajo!”
En abril de 2011 el gobierno chino prohibió que apareciesen
en TV, películas o novelas todas aquellas historias que hiciesen referencia a
realidades alternativas o viajes en el tiempo. Esta es una buena señal para
China, puesto que significa que la gente aún sueña con alternativas, así que
hay que prohibir este sueño. Aquí no se piensa prohibir nada de eso, porque el
sistema en el poder incluso ha suprimido nuestra capacidad para soñar. Fijaos en
las películas que vemos todo el tiempo. Es fácil imaginar el fin del mundo, un
asteroide que destruya el planeta y ese tipo de cosas. Pero no se puede
imaginar el fin del capitalismo. Así que, ¿qué es lo que hacemos aquí? Dejadme
que os cuente un viejo chiste muy bueno de los tiempos del comunismo…
Un tipo de Alemania del Este fue enviado a trabajar en
Siberia. Sabía que su correo sería supervisado por los censores, así que
propuso a sus amigos establecer un código. Si la carta que enviase estaba
escrita con tinta azul, entonces lo que en ella se dijera sería cierto y si
estaba escrita con tinta roja sería falso. Transcurrido un mes sus amigos
recibieron su primera carta. Estaba escrita por entero en azul y decía: todo es
maravilloso aquí. Las tiendas están repletas de buena comida. Los cines pasan
buenas películas occidentales. Los apartamentos son grandes y lujosos. La única
cosa que no se puede comprar es tinta roja.
Así es como vivimos.
Tenemos todas las libertades que queremos, pero nos falta tinta roja, el
lenguaje con el que expresar nuestra no-libertad. La manera en que se nos
enseña a hablar acerca de la libertad, la guerra, el terrorismo y demás
falsifica la libertad. Y esto es lo que estáis haciendo aquí: nos estáis dando
tinta roja a todos.
Pero hay un peligro. No os enamoréis de vosotros mismos. Lo
estamos pasando bien aquí, pero recordad: los carnavales son baratos, lo que
importa es el día siguiente. ¿Cuándo volvamos a nuestra vida normal, habrá
cambios entonces? No quiero que alguna vez recordéis estos días como, “oh,
éramos jóvenes y fue muy bonito”. Tened en cuenta cual es nuestro mensaje
fundamental: que tenemos derecho a pensar alternativas. La regla se ha roto. No
vivimos en el mejor de los mundos posibles, pero hay un largo camino por delante.
Nos enfrentamos a cuestiones ciertamente difíciles. Sabemos lo que no queremos,
pero, ¿sabemos lo que queremos? ¿Qué organización social puede reemplazar al
capitalismo? ¿Qué nuevo tipo de líderes queremos?
Recordad: el problema no es la corrupción o la codicia. El
problema es el sistema que os empuja a rendiros. Estad atentos no sólo a los
enemigos, sino a los falsos amigos que ya están actuando para diluir este
proceso. De la misma manera en que os dan café sin cafeína, cerveza sin alcohol
o helado sin nata, tratarán de convertir esto en una protesta moral inofensiva.
La razón por la que hemos venido es porque estamos hartos
del mundo que recicla latas de Coca-Cola, del mundo del capuccino Starbucks,
del mundo que destina un 1% de la riqueza a los niños que pasan hambre. Ya no
es suficiente para que estemos a gusto, después de que se hayan subcontratado
la guerra y la tortura e incluso después de que las agencias matrimoniales
subcontraten a diario hasta nuestra vida amorosa.
Podemos ver que durante un largo tiempo permitimos que
nuestro compromiso político también fuera subcontratado. Lo queremos recuperar.
No somos comunistas. Si el comunismo significa el sistema que colapsó en 1990,
recordad que hoy esos comunistas son los capitalistas más eficientes y
desarraigados.
En China hoy tenemos un capitalismo que es aún más dinámico que
vuestro capitalismo americano pero que no necesita democracia. Esto significa
que cuando critiquéis el capitalismo, no os permitáis que os chantajeen con la
idea de que estáis en contra de la democracia. El matrimonio entre la
democracia y el capitalismo se ha acabado.
El cambio es posible. Así que, ¿qué es lo que consideramos
posible hoy? Sólo hace falta seguir los medios. Por un lado, en lo que respecta
a tecnología y sexualidad, todo parece ser posible. Puedes viajar a la luna.
Puedes ser inmortal con la ayuda de la biogenética. Puedes tener relaciones
sexuales con animales o lo que sea. Pero mirad el campo de la sociedad y de la
economía.
En ambos, casi todo se considera imposible. Quieres subir un poco los
impuestos para los ricos, te dirán que es imposible, perdemos competitividad.
Quieres más dinero para sanidad: te dicen, imposible; esto significa un estado
totalitario. Algo falla en un mundo donde se te promete la inmortalidad pero en
donde no se puede gastar un poco más para sanidad. Puede que debamos marcar
nuestras prioridades directamente aquí. No queremos niveles de vida más altos.
Queremos niveles de vida mejores.
El único sentido en el que somos comunistas
radica en que nos importan los bienes comunes. El bien común de la naturaleza.
El bien común de lo que es privatizado por la ley de propiedad intelectual. El
bien común de la biogenética. Por esto y sólo por esto debemos luchar.
El comunismo fracasó absolutamente. Pero los problemas de
los bienes comunes están aquí. Te están diciendo que aquí no somos americanos.
Pero los fundamentalistas conservadores que reivindican ser verdaderamente
americanos, necesitan que se les recuerde algo. ¿Qué es el cristianismo? Es el
Espíritu Santo. ¿Qué es el espíritu Santo? Es una comunidad igualitaria de
creyentes que están conectados por el amor mutuo y que sólo tienen su propia
libertad y responsabilidad para hacerlo. En este sentido el Espíritu Santo está
aquí ahora.
Y allí en Wall Street hay paganos que están adorando ídolos
blasfemos. Así que sólo necesitamos paciencia. Lo único que me atemoriza es que
un día nos vayamos simplemente a casa y después nos reunamos una vez al año,
tomando una cerveza y recordando nostálgicamente el buen rato que pasamos aquí.
Prometámonos que este no será el caso.
Sabemos que las personas a menudo desean algo pero no lo
quieren realmente. No tengáis miedo a querer realmente lo que deseáis. ¡Muchas
gracias!
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