NOTA: Iba a publicar esta columna hace meses como columna de relax pero por X o Y razón siempre se quedaba en el tintero. La publico hoy solamente porque a Enrique Peña Nieto se le ocurrió tratar de colgarse de la profecía Maya para hacerse proselitismo, y la verdad, ni para eso resultó competente. Reitero: es una columna de relax.
Me limito a los datos y coincidencias en esta columna, conste. No le doy ninguna interpretación esotérica puesto que no creo en religión alguna.
A alguien se le ocurrió que los Mayas profetizaron el fin del mundo para el 21 de diciembre de 2012. Eso es falso. Lo que termina en esa fecha es un ciclo de 13 Bactunes, que son eras de 394.3 años.
1 Bactún = 394.3 años.
13 Bactunes = una era de 5125.9 años.
Los calendarios prehispánicos se basan en los números 20 y 13 (el 13 al parecer viene de la cantidad de veces que la luna cambia de fases en un año). Por eso al terminar in ciclo de 13, se “reinicia” el calendario, no se termina.
¿De dónde salió la “profecía” del “fin del mundo”? De una escultura Maya llamada Monumento 6 del Tortuguero, que anuncia que al final del Bactún 13 llegará el dios de los 9 niveles.
Es todo. Nisiquiera está completo el texto Maya. Supongo que los que le dieron una interpretación judeo-cristiana pensaron que era el apocalipsis. No es el caso.
Lo que sí es interesante son las coincidencias históricas. El Monumento 6 del Tortuguero fue encontrado en 1958 en Macuspana, Tabasco —donde nació el Peje 5 años antes— y ahora se encuentra en el museo Regional Carlos Pellicer Cámara, de Tabasco.
Carlos Pellicer fue el que llevó el Monumento 6 del Tortuguero al museo... y también fue el mentor político de AMLO.
O sea que la coincidencia no es con el fin del mundo, sino con ¡la llegada del Peje!
Obviamente digo eso a manera de chacota (allá los panistas-salinistas si se lo quieren tomar en serio). Además, el Peje, tras ganar en 2012, tomaría posesión como Presidente Constitucional el primero de diciembre, no el 21.
El hecho es que en diciembre de 2012 no se acaba el mundo, sino que más bien inicia una nueva era en México —por lo menos desde la perspectiva de los Mayas.
Ahora bien, ¿quieren otra coincidencia arqueológica nadás por ocio? En 2006 fue encontrada frente al Templo Mayor de la Ciudad de México la loza de Tlaltehcutli, que se supone que marca la tumba del emperador Ahuizotl.
El historiador Alfonso Caso publicó en 1953, año que nació AMLO, un libro con ilustraciones de deidades prehispánicas que incluyen a Tlaltehcutli y dice sobre esa imagen: “quizá es el llamado 'pejelagarto' de los ríos del Golfo.”
¿Rios del Golfo? ¿Cómo dice AMLO cuando va de visita a Tabasco? Ah sí: "voy a mi agua."
En fin, por eso mejor AMLO y Martí 2012.
PD: Una de las interpretaciones del dios de los nueve niveles, o Bolon Yookte, es la de una decripción del concepto de evolución o cambio. Es decir, en diciembre de 2012, de acuerdo con los Mayas, lo que habrá será el inicio de una evolución o cambio. ¡Hey! ¡Justo lo que pasaría con el Peje! Porque con el PAN o el PRI todo seguiría igual.
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