La posible designación de la señora Isabel Miranda de Wallace como candidata del PAN al gobierno del Distrito Federal ha enfrentado de nuevo a la población con opiniones a favor y en contra.
Más allá de la figura de la madre que sufre el secuestro y asesinato de un hijo, a lo que le apuesta el panismo es a atraer las miradas hacia una mujer que goza de la simpatía de un sector importante para ellos: la clase media alta. La señora Wallace, maestra de profesión y fundadora de la asociación civil Alto al Secuestro, fue galardonada por el habitante de Los Pinos, el señor Felipe Calderón, con el Premio Nacional de Derechos Humanos 2010.
De ser una madre a edad temprana, a sus 59 años la hemos visto en pasarela en diferentes medios, al lado de personajes como Emilio Azcárraga. Por ello muchos la consideran como activista “nice”, que no escatimó en recursos para poder encontrar a los culpables del secuestro de su primogénito, Hugo Alberto. Sin embargo, para muchos, la actitud de la señora Wallace no es la correcta. Se dice que lucra con su dolor, que prostituyó su lucha y que de aceptar un cargo de elección popular perderá toda credibilidad. Lo cierto es que una mujer que pierde a su hijo a manos del crimen organizado, de ser nombrada por el PAN como su candidata a Gobierno del Distrito Federal, estaría comiendo en la mano del mismo partido que nunca la ayudó a esclarecer el asesinato de Hugo Alberto.
¿Por qué la invitará el PAN a representarla en la contienda para jefe de Gobierno del Distrito Federal? Las respuestas pueden ser varias y van desde la falta de candidatos actos para jugársela en una ciudad tan complicada y que tiene doce años gobernada por la izquierda, hasta hacernos suponer que con eso Felipe Calderón compraría su silencio. Ese sería su premio de consolación.
Madres activistas que arriesgan la vida hemos visto muchas y un ejemplo claro lo tenemos con Marisela Escobedo, asesinada impunemente en Ciudad Juárez Chihuahua. En esta misma entidad tenemos la asociación civil Nuestras Hijas de regreso a Casa, cuyas fundadoras han sido amenazadas y perseguidas sin que nadie las galardone. El caso más reciente es el de Norma Andrade, madre de Malú García Andrade quien en fechas recientes fue víctima de intento de homicidio y aún se encuentra convaleciente. A ellas nunca las ha atendido Felipe Calderón. Mucho menos les han ofrecido un puesto en la política. ¿La diferencia? Son de clase humilde y trabajadora, lo cual al panismo no le interesa.
¿Debemos exigir que cualquier madre que pierda a su hijo reciba el mismo trato que la señora Wallace? Sí. Pero no hablo que se les ofrezca un puesto de elección popular, sino de que sean atendidas, respetadas y protegidas por el gobierno en turno, no que sean asesinadas. Lo ideal, por supuesto, es que no exista un secuestro ni asesinato en el país.
@Mar_Morales_
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