jueves, 26 de enero de 2012

¡Hasta la madre! Con la religión de las ciencias, Alberto Sladogna, @sladogna

¡Hasta la madre! Con la religión de las ciencias
Promesas  falsas de curación

(Esta información pone los dedos sobre un renglón. Muchos acusaron a Lacan por haber indicado que el psicoanálisis era una estafa poética de consecuencias sobre la vida amorosa de quines se analizan. Hoy se ha puesto de manifiesto una tendencia a la estafa en el terreno de las ciencias. Esas estafas se producen en el marco de una práctica novedosa: la religión de las ciencias que desplaza o sustituye o elimina otras practicas religiosas. Alberto Sladogna,@psicoanalista)

Una comisión de expertos del Ministerio de Ciencia llamó la atención sobre “promesas irrealizables” de supuestas curas a distintos males con las llamadas “células madre”. Los tratamientos que sí son efectivos y los que están en experimentación. Por Pedro Lipcovich


Una comisión del Ministerio de Ciencia y Tecnología –integrada por prestigiosos especialistas– advirtió sobre las “promesas irrealizables de curación” de quienes promueven supuestos tratamientos con “células madre” para enfermedades como la diabetes o el Parkinson. El llamado de atención está en sintonía con el anuncio de la FDA (organismo de control sanitario norteamericano) de que “perseguirá a aquellos que expongan al público a los peligros de los tratamientos ilegales con células madre”; en diciembre pasado tres sujetos, uno de ellos médico, fueron detenidos en Estados Unidos por aplicar estas falsas terapias. En la Argentina vienen proliferando las colectas para enviar pacientes al extranjero a probar estos tratamientos: el problema no es sólo que sean caros o inefectivos, sino que pueden tener graves efectos adversos; por ejemplo –se ha demostrado–, pueden causar cáncer. Los únicos usos clínicos de células madre que reconoce la medicina son los trasplantes de médula ósea, que se utilizan para tratar la leucemia y otras enfermedades graves de la sangre, en combinación con quimio o radioterapia.

El documento fue emitido por la Comisión Asesora en Terapias Celulares y Medicina Regenerativa del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva: la integran, entre otros, Florencia Luna, directora de Bioética de Flacso; Ana del Pozo, jefa del Banco de Sangre de Cordón Umbilical del Hospital Garrahan; Pablo Argibay, titular del Instituto de Ciencias Básicas y Medicina Experimental del Hospital Italiano; Salvador Bergel, titular de la cátedra Unesco de Bioética de la Facultad de Derecho; Fernando Pitossi y Osvaldo Podhajcer, investigadores del Instituto Leloir; Susana Sommer, profesora de Etica en la maestría en Biología Molecular Médica de la UBA; Gustavo Sevlever, director de docencia e investigación del Instituto Fleni.

“En los últimos tiempos –advierte la Comisión Asesora– se incrementó la oferta de tratamientos de autotrasplante de células madre para tratar enfermedades como las parálisis por lesiones cerebrales o de la médula espinal, las neurodegenerativas como la enfermedad de Parkinson, o trastornos metabólicos como la diabetes. Algunas instituciones que los ofrecen se presentan ante potenciales pacientes y sus familiares con promesas irrealizables de curación y mejora, a pesar de que muchas de las prácticas ofrecidas no poseen efectos terapéuticos comprobados ni siquiera en modelos animales.” En el mejor de los casos se trataría de “procedimientos que deben demostrar su eficacia y seguridad en seres humanos, por lo que deben contar con un protocolo aprobado (el organismo de control es el Incucai) y sin costo para el paciente, quien debe ser informado de su carácter experimental”. En rigor, en la Argentina recién este año podrían iniciarse algunos ensayos (ver recuadro).

Este mes, la FDA (Food & Drugs Administration) de Estados Unidos emitió un documento titulado: “La FDA perseguirá a aquellos que expongan al público norteamericano a los peligros de tratamientos ilegales con células madre”, donde señala que “aun si las células provienen del propio paciente, pueden generarse riesgos cuando se manipulan”, y que “las células que se ubican en otro lugar del organismo pueden multiplicarse, formar tumores o migrar a otras zonas del cuerpo”. También recomienda “ser precavido antes de tratarse en aquellos países donde no se exigen estudios clínicos previos que indiquen si el medicamento es seguro y efectivo”.

En diciembre, tres hombres fueron arrestados en Estados Unidos por “manipulación, comercialización y uso de células madre”. Uno de ellos, partero, las obtenía de cordones umbilicales y las enviaba a otro, que las preparaba como medicamentos; éste las vendía a su vez a un sujeto que, en México, las usaba para supuestos tratamientos de personas con cáncer, esclerosis múltiple y otras enfermedades autoinmunes: “Estafadores como éstos lucran con las falsas expectativas que crean entre pacientes con enfermedades incurables”, advierte la FDA.

Gustavo Sevlever, integrante de la Comisión Asesora, observó que “personas inescrupulosas se abusan, para hacer negocios, de cierto glamour que han adquirido las células madre, pero en medicina no está permitido cobrar por tratamientos experimentales. También se hacen colectas, que pueden ser de buena fe y donde incluso participa gente famosa, para enviar pacientes a China u otros países. El mayor problema son las toxicidades asociadas: un caso famoso sucedió en Ucrania, donde, como consecuencia de un ‘tratamiento’ de éstos, un chico desarrolló cáncer de cerebro: cuando se analizó el tumor, resultó que provenía de las células que le habían implantado”.

Existen, sí, tratamientos con células madre “que desde hace muchos años son parte del estándar de la medicina –recordó Sevlever–: son los trasplantes de células de médula ósea que se utilizan en leucemias y otras enfermedades de la sangre, siempre como complemento a la quimio o la radioterapia. En el autotrasplante de médula, se retiran células del paciente y se las congela para preservarlas mientras se efectúa la quimioterapia que destruye las células cancerosas; después se le restituyen al paciente las células preservadas, que cumplirán su función natural de generar glóbulos rojos y blancos. Pero a veces las células de la médula del paciente tienen un daño genético, y entonces es necesario recurrir al ‘alotrasplante’: se buscan células compatibles en los bancos de estas células, o de células de cordón umbilical, que hay en todo el mundo, por ejemplo el del Hospital Garrahan”.



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