jueves, 5 de enero de 2012

Ernesto Cordero: ¿se siente el nuevo Vicente Fox?

Por: Mar Morales

Con su afán `e “quitarse al PRI” de camino, el precandidato del PAN a la presidencia de la República, Ernesto Cordero, empieza a tomar actitudes del señor de la botas, Vicente Fox.

Carentes de propuestas, sin conocimiento alguno del quehacer político, tanto Cordero, como en el pasado lo hizo Fox, tienen un la mente una sola obsesión: demostrarle a las personas que sólo su partido es opción y cualquier cosa que huela a PRI apesta y hay que quitarlo del camino. Lo curioso es que sólo tiran a matar sin dar solución a nada y mucho menos se venden como una figura seria.

La fijación enfermiza de Fox por destronar a los priistas tuvo su éxito en el 2000 porque la gente se fue con la finta de que era la única forma de darle al país un cambio. Del “hoy, hoy, hoy”, a “sacar las alimañas, tepocatas y víboras prietas” de Los Pinos, nos quedan recuerdos tristes de un candidato fanfarrón que por medio de la risa obtuvo millones de votos, sobre todo de quienes, adormecidos por la euforia de sus promesas fantasiosas, difíciles de lograr, decidieron terminar con la opresión de un partido que se había montado en el poder por siete décadas.

Con Fox la gente no razonó el voto, acudió a las urnas como una válvula de escape. Los votantes vivieron con la ilusión de tener – por fin, decían los incautos – un México deiocrático, de oportunidades, de prosperidad. Ilusiones transmitidas por una semántica manejada siempre en el plano connotativo, con muchas interpretaciones en el aire, que las personas no alcanzaron a descifrar por estar sumergida en las trampas de la mercadotecnia.

Pero dos sexenios después, la figura de un bufón ignorante, carente de toda simpatía popular, que ha herido susceptibilidades al decir tarugadas como que son ricos y pudientes quienes perciban un salario de seis mil pesos, no tendrá el mismo efecto. Para muchos la utopía panista ha quedado lejana y los culpables del desprestigio de su partido han sido ellos mismos.

Para Ernesto Cordero sus discursos, como el pronunciado hoy asegurando que “a los priistas no hay que enfrentarlos hablándoles suavecito”, lejos de atraerle simpatías despierta más enojo entre la población. Son palabras que ya no se manejan en el plano de la fantasía porque la realidad del mexicano es cruel. Y tampoco a los priistas les hace cosquillas. Con la figura del pintoresco precandidato, Enrique Peña Nieto, no es necesario hacer gran alharaca. Solito se hunde con su ignorancia. Los dos partidos, PRI y PAN, representados por personajes tan grotescos, sólo servirán para dar un espectáculo bastante deplorable entre los posibles votantes. Alejados, y por mucho, del discurso nacionalista y franco que siempre ha manejado Andrés Manuel López Obrador, las descalificaciones mutuas entre los mismos partidos que han hundido a los mexicanos servirán para medir el hartazgo que vive el pueblo mexicano. Ojalá que estemos atentos para que no nos quieran chamaquear.


@Mar_Morales_


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