Si la elección de Iowa es indicativo de la dirección que tomará el voto de los Republicanos para elegir a su candidato a presidente, entonces Mitt Romney será el candidato Republicano.
Al momento de escribir esta columna, Romney se encuentra en virtual empate (con una diferencia de 4 votos) con Rick Santorum. Pero inclusive si Santorum ganara en Iowa por un puñado de votos, sus posibilidades son mínimas para ganar la candidatura presidencial.
Santorum se ha distinguido por ser homofóbico a destajo. Tanto, que en respuesta a su homofobia, un grupo defensor de los derechos de los homosexuales se encargó de posicionar en Google la definición de "Santorum" como "la mezcla espumosa de lubricante y materia fecal que a veces es residuo del sexo anal."
Es decir, demasiado ultra para el electorado de Estados Unidos.
Romney, por otro lado, se ha mantenido consistentemente en segundo lugar durante toda la contienda electoral republicana. Cuando Michelle Bachmann, Rick Perry, Herman Cain y Newt Gingrich fueron primer lugar en las encuestas, Mitt Romney fue segundo. Ahora, Bachmann, Perry, Cain y Gingrich quedaron en distintantes cuarto, quinto, y sexto lugar. Cain de plano se tuvo que salir de la contienda por sus escándalos de acoso sexual.
Y la verdad tiene sentido que Mitt Romney sea el candidato Republicano. Romney es señalado por haber tenido posturas liberales respecto a diversos temas en el pasado (ese ha sido precisamente su talón de Aquiles en la contienda Republicana), y Estados Unidos se encuentra actualmente en una conyuntura social bastante de izquierda. La mayoría de los americanos aprueban a Occupy Wall Street, no están de acuerdo en los privilegios de los ricos, y reeligirían sin problemas a Barack Obama.
Lo que llama la atención sobre Mitt Romney es que para poder ganarle a Obama, los Republicanos tuvieran que hacerse más a la izquierda que para la derecha.
Tal vez México debería aprender de esa lección.
Por eso mejor AMLO y Martí 2012.
PD: En algún punto en 2011 se llegó a pensar en Estados Unidos que Rick Perry sería el candidato Republicano y que hasta le ganaría a Barack Obama en las elecciones de este año. En México también se lo creyeron. Particularmente en la izquierda. Pero bastó con que Perry hiciera dos o tres pifias estilo Enrique Peña Nieto para que se cayera en las encuestas y ahora quedara en quinto lugar en Iowa con 10.3% del voto. Que no nos quieran hacer creer entonces las encuestadoras en México que Enrique Peña Nieto, a quien le trataron de hacer una campaña estilo USA -estricticamente de imagen- no se desplomó en la preferencia electoral.
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