jueves, 19 de enero de 2012

Conversación de Philippe Ariès con Françoise Dolto: historia, psicoanálisis, ...





Hoy, el movimiento del mundo lleva a imponer ordenes o dictados, por ejemplo , respecto de los sujetos en edad de la infancia: “El TDAH es algo que hay que combatir…”, no se dice que esa orden sólo tiende a que las cosas funcionen bien, el sujeto, l@s niños, no interesan ni son el motivo de esa orden. El psicoanálisis está en este mundo y al mismo requiere para operar colocarse más allá de “ese” mundo. El psicoanalista no simpatiza con la "víctima" sino que tiene una mano para liberarla de esa opinión que lo victimiza.  Jacques Lacan lanzó   los “complejos familiares” - L’Encyclopédie française, tomo VII (marzo 1938), hay varias ediciones en castellano- con ellos se atrevió a interrogar  el narcisismo y el llamado “complejo de Edipo”. Sobre este complejo Lacan llamó la atención de un hecho, un simple detalle: se trata de una formulación que está articulada con el tipo de sociedad donde Sigmund Freud elaboró su Edipo con el embrollo, el pidgins de lenguas del Imperio Austro-Húngaro que él habitó. Lacan no dejaba de subrayar un hecho simple: aquello que está en el interior (alma, psique, subjetividad, sujeto) está articulado con el exterior, entre ambos hay una torsión que provoca efectos varios, no están separados. Lacan como lo mostrará luego, en sus seminarios, guiándose por su lecturas de los estoicos se interroga sobre un hecho: Si el lenguaje es la condición del llamado inconsciente ¿Cómo es que se producen efectos analíticos a partir de los incorporales?  La conversación de Philippe Ariès con Françóise Dolto deja visible ese horizonte para formular preguntas, cuestionar e investigar. Nota de Alberto Sladogna, psicoanalista, @sladogna. El texto continúa en http://www.escucharte.info

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