Sin embargo, cuando se acercó al lugar donde estaba su esposa, Angélica Rivera, sólo le dió un abrazo distante, omitiendo besarla.
Inmediatamente después, Peña Nieto se acercó a una las hijas de Rivera, a quien sí besó en la mejilla.
El evento de registro de Peña Nieto fue claramente prefabricado an la antigua usanza del PRI, con gritones, acarreados y matraqueros.
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