Por: Mar Morales
La queja del PAN ante el IFE contra López Obrador y Enrique Peña Nieto, por supuestos actos anticipados de campaña, es una muestra más de la desesperación que viven los panistas al sentirse perdidos y no poder reconocer de derrota, que desde ya la tienen.
Los aspectos que el blanquiazul consideran violatorios de los estatutos del IFE, van desde las presentaciones repetidas – y mal logradas—del precandidato del PRI a la presidencia en distintos escenarios, tanto con la militancia de su partido como con el público en general, además de la entrega de la constancia de candidato y el ofrecimiento de 10 millones de votos por parte de la CNC al PRI, según se lee en una nota publicada ayer en El Universal.
Lo que al PAN no le gustó de López Obrador fue la encuesta realizada para su elección, la entrevista que concedió a Joaquín López Dóriga y la gira que realizó por el DF.
Estos puntos, según los panistas, quienes en todo momento quieren sacar ventaja, son motivos suficientes para sancionar a los precandidatos. Desde ahora es más que evidente que el PAN buscará por todos los medios quitar de su camino a sus adversarios, pues como anticipó Chepina, para ella los únicos contrincantes son AMLO y Peña Nieto.
A falta de propuestas concretas, que nunca han tenido los personajes del blanquiazul, la descalificación ha sido y será su único recurso. Recordemos que Josefina ya contrató al español Antonio Solá, conocido por muchos como el genio en la propaganda y la guerra sucia, quien fue el creador de la campaña de desprestigio contra López Obrador en 2006 y que dividió terriblemente a la población. La queja presentada por los panistas es sólo un anuncio de que esto apenas comienza. Para buscar la paja en el ojo ajeno sí están buenos. Tampoco perdamos de vista lo que acaba de ocurrir en Morelia, donde se decidió anular la elección del alcalde porque no le gustaron los calzones de un boxeador. Así se las gastan los del PAN. Debemos estar muy al pendientes de sus golpes bajos, que sin duda, serán muchos.
@Mar_Morales_
La queja del PAN ante el IFE contra López Obrador y Enrique Peña Nieto, por supuestos actos anticipados de campaña, es una muestra más de la desesperación que viven los panistas al sentirse perdidos y no poder reconocer de derrota, que desde ya la tienen.
Los aspectos que el blanquiazul consideran violatorios de los estatutos del IFE, van desde las presentaciones repetidas – y mal logradas—del precandidato del PRI a la presidencia en distintos escenarios, tanto con la militancia de su partido como con el público en general, además de la entrega de la constancia de candidato y el ofrecimiento de 10 millones de votos por parte de la CNC al PRI, según se lee en una nota publicada ayer en El Universal.
Lo que al PAN no le gustó de López Obrador fue la encuesta realizada para su elección, la entrevista que concedió a Joaquín López Dóriga y la gira que realizó por el DF.
Estos puntos, según los panistas, quienes en todo momento quieren sacar ventaja, son motivos suficientes para sancionar a los precandidatos. Desde ahora es más que evidente que el PAN buscará por todos los medios quitar de su camino a sus adversarios, pues como anticipó Chepina, para ella los únicos contrincantes son AMLO y Peña Nieto.
A falta de propuestas concretas, que nunca han tenido los personajes del blanquiazul, la descalificación ha sido y será su único recurso. Recordemos que Josefina ya contrató al español Antonio Solá, conocido por muchos como el genio en la propaganda y la guerra sucia, quien fue el creador de la campaña de desprestigio contra López Obrador en 2006 y que dividió terriblemente a la población. La queja presentada por los panistas es sólo un anuncio de que esto apenas comienza. Para buscar la paja en el ojo ajeno sí están buenos. Tampoco perdamos de vista lo que acaba de ocurrir en Morelia, donde se decidió anular la elección del alcalde porque no le gustaron los calzones de un boxeador. Así se las gastan los del PAN. Debemos estar muy al pendientes de sus golpes bajos, que sin duda, serán muchos.
@Mar_Morales_
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