miércoles, 7 de diciembre de 2011

Estas locas campañas...

Ay pos qué relajo se traen? Entran tempranito, salen ya de noche, toman y toman café, se acaban las galletas y ni se fijan por dónde pisan.

Estos trajeados han visitado mucho a mi Peje últimamente. Desde que dijeron que el perfumadito no era el bueno, el timbre no para de sonar. Todos llegan muy platicadores; que si los coordinadores, que si las giras ya van a empezar. Yo no veo la hora de que todos se vayan y me dejen limpiar esta oficina que parece romería.

Los trajeados de siempre no se portan tan peor. A veces hasta me saludan. Los de naranja me regalaron un guajolote congelado que para mi cena de navidad. Nomás que en mi refi no cabe semejante animal.

El problema son los trajeados que mandó el perfumadito. Esos son los que me ven por encima de sus hombreras. Y siempre piden cosas raras, como té de no sé qué. Como si no supieran que aquí sólo se toma café chiapaneco y sin leche, así negro como debe de ser. A mi Peje le gusta bien cargadito y sin azúcar.

Ahora resulta que el señor Monreal dijo que la campaña la van a organizar unas personas que no conozco. Esos qué? De parte de quién? Y los que se han rajado la madre todos estos años no cuentan?

Los más chambeadores y más leales seguirán en la sombra. Y para la foto ya están bien puestos los que no saben ni andar en metro.

A mí nadie me preguntó, pero yo sí pienso que las cosas deberían de ser diferentes. Los coordinadores debieran ser los que conocen de estas cosas de estructuras electorales, del contacto con la gente, de cómo juntar a los líderes, de andar a pie, pues.

Los chamacos deberían tener un líder universitario. El Martí aquí estuviera enseñándoles de pueblo y proyectos. El Flavio debería organizar a Oaxaca, ese sí es bien entrón. Allá en el norte hay mujeres bien chingonas que podrían juntar harta gente y enseñarles a defender el voto como defienden la memoria de las muertas de Juárez.

Mi querido Peje a veces confía demasiado en el perfumado. El otro día que vino el güero ese, hasta le pidió que metiera a Camacho pal DF. No me chinguen! Quién recomienda a un traidor como ese?

No vaiga ser que me lo vuelvan a traicionar. Una cosa es el amor y otra cosa es ponerse de pechito pa la traicionada.

Yo por si las moscas ya me puse a colgar ajos detrás de las paredes.
Bueno, ya me voy a arreglar las sillas para la junta de mañana.

Tápensen que hace aire.

Doña Ceci

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