Esto de que el hijo de Muammar Gaddafi pensaba entrar a México de ilegal es una película que ya vimos y un bonito atole con el dedo para distraernos de lo verdaderamente importante. Mire usted:
Hace unos meses se hizo un gran escándalo en México porque supuestamente terroristas islámicos habían contratado a sicarios de los Zetas para un atentado en Estados Unidos.
Resultó que eso era falso. Un extremista isámico contactó a un agente encubierto de la DEA pensando que era de los Zetas, pero no pasó de ahí.
Y claro, muchos mexicanos, en una actitud verdaderamente lamentable, ya se sentían parte de las grandes intrigas internacionales.
Ahora nos quieren repetir el atole con el dedo vendiéndonos la jalada de que de acuerdo con un diario canadiense, había un plan para que el hijo de Muammar Gaddafi entrara a México como ilegal.
O bueno; casi ilegal. Supuestamente se refugiaría en una zona turístia carísima en la riviera de Nayarit, donde vacaciones celebridades de Hollywood.
Pero esto no tiene ni pies ni cabeza debido a que Saadi Gaddafi, el hijo del ex dictador, nunca se pudo mover con libertad ¡dentro de Libia! una vez que empezaron los rebeldes a tomar el poder. De hecho, lo encontraron escondido en un lugar muy paupérrimo.
En realidad eso de que "tenía un plan" es una jalada. El que alguien tenga un plan no pasa de ser una chaqueta mental. Al final, nunca ocurrió ni por asomo.
Lo más extraño del asunto es que la nota se publique en Canadá y no en Estados Unidos, donde tendría mucho mayor impacto.
Suena como a Vito Corleone diciéndole a Tom Hagen que no le de un "trabajo" a sus paisanos, sino a "un congresista judío en otro distrito."
Digo esto porque el verdadero escándalo internacional entre México y Estados Unidos no es Gadaffi (francamente ¿qué chingados nos importa Gadaffi a los mexicanos?) sino el lavado de dinero de los cárteles mexicanos por la DEA con el permiso del gobierno federal panista.
Esa nota no ha dejado de causar cuestionamientos al gobierno de Estados Unidos desde que se dio a conocer el domingo pasado en el New York Times. Es un escándalo enorme, que bien puede tambalear a la DEA y al gobierno panista. ¡Los gobiernos de EU y de México lavándole dinero al narco!
En los medios más o menos se han hecho patos con ese asunto. Pero de todos modos no ha dejado de causar cuestionamientos. Los medios no van a poder contenerlo por mucho tiempo.
Curiosamente, justo cuando el tema está por desbordarse, aparece esta nota del hijo de Gaddafi y los medios en México lo publican como si fuera el escandalazo del año.
A otro perro con ese hueso.
Así que adelante; distráigase con Gaddafi. Mientras, la DEA y el gobierno de Felipe Calderón siguen sin responder si están o no lavando dinero del narco.
Por eso mejor AMLO y Martí 2012.
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