Los economistas Abhijit Banerjee y Esther Duflo documentaron recientemente en un estudio de la pobreza en diversos paises del mundo, titulado Poor Economics, que las personas en situación de pobreza padecen depresión con mayor frecuencia que las personas que no son pobres.
Señalaron además que estar estressado hace más difícil el concentrarse y mantenerse enfocado, lo cual hace a la gente menos productiva.
Esto se debe, dicen, a que el cuerpo produce la hormona cortisol, la cual, muestra el estudio, se encuentra en niveles más altos en la gente pobre debido al constante estress en el que viven. El nivel de cortisol en la gente pobre, revela el estudio, disminuye cuando mejora su situación económica.
Lo relevante del cortisol es que impide directamente el aprendizaje y la capacidad para tomar decisiones, afectando el área del cerebro que regula las respuestas impulsivas.
Con lo cual se forma un círculo vicioso: el estress causado por las condiciones de pobreza genera cortisol, la cual disminuye la productividad y el aprendizaje, lo cual a su vez dificulta el poder salir de las condiciones de pobreza.
Esto viene al caso debido a que el Senado, de acuerdo con El Universal, dio a conocerr un estudio en el cual indica que entre el 12% y el 20% de los adultos en México padecen depresión, enfermedad que se ha convertido en la cuarta principal enfermedad global en el país.
La cantidad de gente que padece depresión en México, además, ha aumentado en las últimas décadas especialmente en personas que viven en condiciones de inseguridad, desempleo, pobreza, violencia o bajo presión psicológica.
(Esto último, por cierto, lo admitió una Senadora del PRI.)
El problema es que el padecimiento de depresión en México va en aumento y se espera que en los próximos 9 años se convierta en la segunda principal enfermedad en México.
Desde luego la pobreza no es la única causa de depresión. Puede haber diversas causas. Pero en México, donde la mayor parte de la población vive en pobreza, la probabilidad de un aumento severo en el padecimiento de depresión es mayor debido a la producción de cortisol en la población pobre.
Vaya, en Estados Unidos a partir de la administración de Ronald Reagan, cuando se empezó a desmantelar la infraestructura industrial y millones de trabajadores perdieron su empleo o sufrieron reducciones de salario, la venta de antidepresivos se disparó.
Y eso es en una sociedad principalmente de clase media.
Lo que llama la atención del estudio del Senado mexicano es que estén admitiendo que aumentó la depresión en México y que además admitan que afectó de manera más severa a la población que se encuentra en situación de pobreza, desempleo e inseguridad.
¿Cuándo empezó a crecer la pobreza en México y a disminuir la clase media? A partir del sexenio de Carlos Salinas de Gortari, continuó con Zedillo, "disminuyó" con Fox debido a que millones de mexicanos se fueron de ilegales a Estados Unidos y de nuevo se disparó con Felipe Calderón—con el agravante de que en el caso de Calderón se disparó no sólo la pobreza, sino también la inseguridad.
Dicho de otro modo, las administraciones del PRI y del PAN han acabado por enfermar a la población mexicana. Sus fallidas políticas económicas han aumentado el estress que viven los mexicanos y esto se ha traducido en una mayor incidencia de padecimientos psicológicos.
No nos extrañe entonces si algunas personas toman decisiones lamentables o si no pueden elevar su nivel de productividad. Esa es la condición médica en la cual los gobiernos del PRI y del PAN los han dejado. Y aún así, México es el país donde los trabajadores trabajan más horas (pero con sueldos miserables.)
Lo más cínico del caso es que los panistas les digan a los mexicanos que se "pongan a trabajar."
Encima de eso, el estado no se ha tomado la molestia de atender a la depresión como algo proritario, pese a que atenderla podría ayudar a elevar la producción económica y a ayudar a las personas pobres a salir de esa situción.
Bueno, asumiendo que hubiera empleos. Tal vez por eso ni el PRI ni el PAN han querido atender a la depresión.
Ahora bien, el Senado aprobó una iniciativa más bien decorativa sobre la depresión. Le da carácter proritario a la enfermedad en el sistema de salud pública, "impulsa" (en vez de ordenar, que es lo que debería hacer) la vinculación entre la secretaría de Salud y la SEP para detectar síntomas de depresión entre los estudiantes.
¿Y entre los trabajadores? ¿No debería la SSA vincularse con la Secretaría del Trabajo y con el INEGI para detectar casos de depresión en todos los ámbitos del país y poder determinar sus causas y la relación del padecimiento con los entornos sociales y económicos para poder resolver el problema de fondo?
Dudo que lo hagan. Y dudo que sea parte de las plataformas de campaña de Enrique Peña Nieto y de Josefina Vázquez Mota.
Debe ser entonces un tema prioritario para la campaña de Andrés Manuel López Obrador. Encajaría perfectamente en la idea de la República Amorosa y solidaria, y en el derecho a la felicidad que tanto ha pregonado el Peje.
De hecho, le sugiero a Martí Batres que también lo incorpore a sus propuestas para el DF.
Por eso mejor AMLO y Martí 2012.
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