Diversos sectores en la izquierda, particularmente en el PRD, PT y organizaciones sociales, han empezado a expresar su descontento por la pretensión de las cúpulas del PRD de imponer a Juan Ramón de la Fuente como candidato de izquierda al GDF. O por la posibilidad de que la candidatura sea resultado de una “compensación” política por el resultado de la selección del candidato de izquierda.
Les molesta mucho que se pretenda imponer a un candidato que ni de izquierda es, como en el caso de De la Fuente. O que se imponga a un candidato que no tenga posibilidad de ganar las elecciones, como Mario Delgado.
“¿Por qué tenemos que aceptar que nos impongan a un candidato que no sea de izquierda si conquistar los espacios políticos del DF nos ha costado muchos años de esfuerzo y muchas vidas?” fue el tenor de los comentarios que se han hecho respecto a la sucesión en el GDF.
Esto debido a que el triunfo de la izquierda en 1997 en la Ciudad de México no fue el resultado de una elección, sino de todo un proceso de lucha social y política desde los movimientos obreros y estudiantiles de los 60s hasta la fecha. Las muertes del 68, por ejemplo, fueron recordadas una y otra vez como parte del reclamo de la izquierda contra una candidatura impuesta.
Y seamos honestos: el triunfo de la izquierda transformó al DF en la ciudad más progresista del país y en el ejemplo a seguir para muchos gobiernos estatales, particularmente en lo que se refiere a las obras y programas sociales de Andrés Manuel López Obrador.
Ante esta situación, los diversos grupos de izquierda han cerrado filas ante Martí Batres y no van a permitir que sea alguien más el candidato (o la candidata), ya que sería, en palabras de ellos “un suicidio” para la Ciudad de México y una garantía de derrota ante el PRI.
El mensaje de la izquierda en el DF, entonces, empieza a unificarse en torno a una idea muy sencilla: Si no es Martí, gana el PRI.
Y tienen razón. Martí Batres es el único político en la Ciudad de México que ha presentado una propuesta concreta para el DF y que tiene la preferencia electoral de quienes realmente votan por la izquierda.
Lo saben también los Chuchos, los camachistas, y los que en general se venden a los intereses priistas. Y saben que la única manera que tendrían para venderle la Ciudad de México al PRI —via Beatriz Paredes— es debilitando a Martí Batres para que el PRI pueda ganar sin tener que hacer alianza con el PAN.
La izquierda y las fuerzas progresistas en el DF, por lo tanto, debe impulsar la misma idea si de verdad quieren que no se pierda la Ciudad de México: Si no es Martí, gana el PRI.
Por eso mejor AMLO y Martí 2012.
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