A los priistas de todo el país no les gustó que la dirigiencia nacional de ese partido hiciera alianza con el PVEM y con el PANAL, principalmente porque esa alianza implicaría cederle curules y espacios políticos que los priistas de los estados buscaban.
De acuerdo con La Jornada, un grupo de priistas molestos con la alianza de plano le exigieron a Humberto Moreira que los recibiera para decirle personalmente sus inconformidades.
En Sinaloa, por ejemplo, les molestó que se le entregara a los otros dos partidos dos distritos y una senaduría.
El enojo de los priistas tiene que ver con el hecho de que se le están entregando espacios políticos al PVEM y al PANAL por encima de los votos que realmente pudieran darle al PRI.
Senadurías que le corresponderían al PRI en el Distrito Federal y varios estados, por ejemplo, incluyendo una para el Niño Verde!2C envuelto en un escándalo por la muerte de una mujer en una fiesta en la que se encontraba, son parte de la molestia de los priistas.
A tal grado llega la inconformidad de los priistas que legisladores priistas de las dos cámaras contemplan presentar un recurso de inconformidad ante el tribunal electoral por la alianza con el PVEM y el PANAL con la intención de que se anulen los acuerdos.
Esto en base a que la decisión de hacer la alianza no se tomó con la debida discusión.
Encima de eso, priistas precisamente de Sinaloa, encabezados por Francisco Labastida, han expresado abiertamente su desacuerdo con la permanencia de Humberto Moreira al frente del CEN del PRI.
¿Qué significa esto en el contexto de 2012? Muy probablemente una fractura como la que se dió en 2006, y que le costó al PRI el tercer lugar en las elecciones presidenciales.
A menos de que el PRI encuentre manera de maicear a todos los priistas inconformes, que no son pocos, el pleito va a continuar. Y si continúa, la estructura electoral del PRI a 2012 se debilitaría.
De debilitarse el PRI rumbo a 2012, al resultado podría ser la garantía de una estrepitosa derrota para Enrique Peña Nieto, a no se le apoya tanto por convicción o principios, sino por simple y vulgar ambición y conveniencia política.
Pero si no hay conveniencia política para los priistas en apoyar al PRI, puesto que los espacios políticos del PRI se le dieron al PVEM y al PANAL, entonces no hay razón para apoyar a Peña Nieto.
Es la hora de que los priistas se pregunten a si mismos si su partido de verdad se preocupa por los intereses de sus militantes de base, o sólo por los de arriba. ¿Para qué apoyarlos entonces si no les da ningún beneficio ni a ustedes ni al país?
Por eso mejor AMLO y Martí 2012.
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