En una reunión con empresarios de la Concanaco, Enrique Peña Nieto dijo, según El Universal, estar a favor de fortalecer las acciones gubernamentales contra los monopolios.
A últimas fechas, las únicas acciones que ha tomado el gobierno que se han señalado como anti-monopolio son las multas que le han querido poner a las empresas de Carlos Slim, particularmente a Telmex.
A ningún otro monopolio se le ha tocado. De hecho, las acciones del gobierno federal panista a quien parece estar beneficiando es a Televisa, empresa que forma parte de un duopolio televisivo en México junto con TV Azteca. Es el caso, por ejemplo, de la negativa de SCT a otorgar el permiso a Telmex para que pueda ofrecer televisión por cable, lo cual establecería competencia contra Cablevisión, propiedad de Televisa, en el centro de México y en otros estados de la República.
Peña Nieto, no es ningún secreto, es el candidato que favorece Televisa. De ninguna manera Peña Nieto llevaría a cabo acciones contra la televisora de Emilio Azcárraga. ¿A qué monopolios combatiría Peña Nieto entonces?
Puesto que la expresión usada por Peña Nieto es “fortalecer”, quiere decir que continuaría con lo mismo que ya hizo el PAN, pero a mayor escala. Y con el único que se ha metido el gobierno federal panista es con Carlos Slim.
Slim debería pensar entonces si le conviene que sigan tratando con desigualdad a sus empresas con Peña Nieto en el poder, o el poder entrar al mercado de la televisión, como ocurriría si Andrés Manuel López Obrador ganara la presidencia en 2012.
Es una simple cuestión de negocios. Con el PRI, Slim se arriesga a que lo sigan golpeando desde el gobierno federal para favorecer a sus adversarios en el mercado. Con AMLO, Slim y todos los empresarios estarían en una situación de igualdad de acceso al mercado. Es decir; habría competencia.
Por eso mejor AMLO y Martí 2012.
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