Ven a los electores como mercancía, y tal es el trato. Ofrecen dinero, soluciones inmediatas o techos de lámina. Apuestan a la ignorancia del electorado, y otros perversamente apuestan a la necesidad que genera la pobreza.
Tal es el caso del promocionado actor-candidato del PRI. La marca EPN es igual que los comerciales en televisión, ofrecen basura, la venta de milagros, similar a los anillos para adelgazar, zapatos, cremas de juventud. Soluciones inexistentes que no funcionan.
Televisa vende con tal vehemencia a un candidato bueno sólo para sus fines. Su audiencia no importa. Los directivos de Televisa no reparan en el resultado: contribuir al desaliento de millones que cobrarán la factura.
Las necesidades de los mexicanos están ahí desde hace mucho, sin embargo los partidos políticos no se interesan por atenderlas, buscan paliativos, analgésicos, soluciones sexenales que sólo contribuyen al desaliento creciente.
Es simple y llanamente que estamos ávidos de soluciones honestas. Apelar a la verdad, a lo que realmente podemos hacer. Por eso los movimientos que surgen de los ciudadanos han tomado tal relevancia actualmente. Morena o el movimiento de Javier Sicilia buscan el bienestar de los ciudadanos. Y surgirán más en tanto los partidos dejen de representar a los electores.
@loretui
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