Leo en el New York Times que aumentó la cantidad de niños en Estados Unidos que aplicaron para el programa de comidas escolares gratuitas o a bajo costo.
De 18 millones de niños de familias en condiciones de pobreza, ahora son 21 millones (un incremento de 17%) los que son de familias que dejaron de ser clase media y ahora, por su poco ingreso, aplican para los subsidios.
Pero eso no es lo que me llama la atención de la nota, sino lo que dice de los empleos que perdieron los padres de miles de estas familias.
Perdieron su empleo:
Trabajadores en fábricas de papel (asumo que que por el cierre de diversos periódicos, el incremento en las ventas de los libros digitales, y por el uso de documentación electrónica).
Trabajadores de la construcción (esto sí es consecuencia directa de la crisis económica).
Ingenieros y técnicos de Kodak (que también está quebrando por no haber podido competir con la tecnología digital.)
Empleados de restaurantes (obvio; ahora menos gente come fuera.)
En el caso de la construcción y de los restaurantes lo veo como resultado directo de la crisis económica. Pero en el caso de Kodak y del papel hay otro asunto: el de la evolución de la tecnología.
Las economías del mundo no parecen estarse preparando para los fuertes cambios que seguirán dándose con la evolución de la tecnología. Si los sitios de noticias y los libros de papel pueden causarle un problema tan fuerte a la clase media, como para que sus hijos reciban comidas subsidiadas, es como para que las diversas empresas que se verán afectadas por esta evolución teconológica empiecen a adaptarse.
O bien, que la gente aprenda a usar estas tecnologías, como la de los libros digitales, para su beneficio.
La pregunta es: ¿cuánto le queda a la industria del papel —editorial, más bien— para que inclusive sus directivos se queden sin dinero ante la evolución de las tecnologías digitales?
Dudo que mucho.
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