Es irreprochable el papel que jugó Cuauhtémoc Cárdenas en la democratización del país. Desde tiempos de la corriente democrática aún dentro del entonces partido hegemónico PRI y posteriormente desde la oposición, el Ingeniero encauzó el descontento social por la vía pacifica y puso a temblar al régimen autoritario que solo pudo hacerlo a un lado mediante el fraude. Así, abrió las puertas y sentó las bases para la alternancia que capitalizo posteriormente el PAN y que hoy vemos, no se tradujo en democracia.
Reprochable, pienso, es su papel cuando dejo de ser la cabeza de la izquierda nacional. Al no ser el candidato, Cuauhtémoc se hizo a un lado y no apoyó a AMLO en 2006. Desconozco la razón pero con su indiferencia, abandono al menos de manera temporal, las causas que lo llevaron a romper con el régimen autoritario y buscar un México mejor, un México democrático. ¿Acaso ya vivimos en democracia? ¡Hay que seguir luchando!
El Ingeniero hoy llama a seguir el ejemplo de Ebrard y “a la unidad de las fuerzas progresistas, con respeto a su diversidad para superar actitudes facciosas y conflictos surgidos de personalismos y de la intolerancia”, es tiempo de hacer a un lado la vanidad y seguir su propio consejo, la izquierda lo necesita participativo y comprometido Ingeniero.
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