El pasado viernes 8 de abril el PRI dio a conocer que su estrategia electoral para los comicios del 5 de junio incluirá "defensa del voto" y, de acuerdo con Reforma, "impugnar las victorias de los demás."
Esto cuando las campañas electorales apenas llevaban técnicamente una semana de haber empezado.
Que porque "en el PRI se acabó el tiempo en el que solamente contestábamos (a las impugnaciones de los adversarios)", dijo el PRI.
Lo cual quiere decir que el PRI ya sabe desde ahora que va a perder las elecciones en varios estados y, por ardilla, las piensa impugnar.
Sí; gracias a las alianzas del PAN y el PRD, el PRI perderá Veracruz, Quintana Roo y otros estados.
Lo único que le ayudará al PRI a no perder será Morena. Y es que gracias a la división del voto que causa Morena, el PRI podría recuperar Oaxaca, Puebla y retener Zacatecas, sólo por mencionar algunos ejemplos.
Pero lo que sí les va a doler hasta el fundillo a los priistas será perder Veracruz, ya que los presupuestos de Veracruz y de Edomex son las cajas chicas del PRI para comprar votos en las elecciones presidenciales.
Irónicamente, el gran beneficiado de que el PRI tenga menos dinero para comprar votos en 2018 es Andrés Manuel López Obrador.
Digo irónicamente porque Andrés se opone a las alianzas con el PAN que debilitarían severamente al PRI.
Los de Morena, por lo tanto, lo que deben hacer es hacerse a un lado en las elecciones en donde ellos saben que no podrán ganar y dejar que la gente vote por el PRD para debilitar al PRI.
Porque si el PRI ya sabe que va a perder, lo peor que puede hacer Morena es ayudar a los priistas a recuperarse.
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