Ayer Sanjuana Martínez publicó una columna cuya intención era criticar la ley anti-trata que está promoviendo en el Senado Angélica de la Penña, esposa del líder de los Chuchos, Jesús Ortega.
La columna afirma que la iniciativa le quita dientes a las leyes que ya existen contra la trata y vulnera a las víctimas de trata.
El detalle es que Sanjuana hizo la columna da tal forma que da la impresión de que la razón por la cual la esposa de Ortega está promoviendo esa iniciativa es porque el propio Ortega fue consumidor de sexoservicio en un téibol en donde se rescataron a varias víctimas de trata.
Que porque una de las víctimas rescatadas identificó a Jesús Ortega como uno de los clientes asíduos al téibol, con una o dos visitas una vez al mes, gastando 10 mil o 15 mil pesos en sexoservicio con una de las compañeras de la víctima.
Antes de continuar quiero aclarar que soy probablemente el peor enemigo de Jesús Ortega en internet. El hermano de Ortega hasta me quiso denunciar ante la PGR por difamación, acusación balín porque aparte de que no hubo tal, la difamación no es un delito federal.
Lo digo para que no se malinterprete lo que voy a decir a continuación, ya que si bien Ortega me parece despreciable y deplorable como político, la manera en la que se está dando el asunto de que si es cliente o no de un téibol me parece bastante chafa. Vean por qué:
1. La columna de Sanjuana sobre Ortega presenta un testimonio importante en contra de Ortega; el de una víctima de trata que fue rescatada. Veo realmente difícil que se pueda discutir contra un testimonio de esa naturaleza.
2. Sin embargo, el testimonio en sí no es indicativo de un delito. Demostraría, de confirmarse, que Ortega iba con frecuencia a un téibol y que pagaba por sexo. Pero nada de eso es ilegal.
3. Para que las presuntas actividades de Ortega pudieran considerarse como ilegales, Sanjuana tendría que presentar evidencia de que Ortega sabía que en el téibol se incurría en el delito de trata. Pero su columna no presenta evidencia de que haya sido el caso.
Luego de publicada la columna de Sanjuana, hoy el sitio Sin Embargo publicó una carta de réplica de Jesús Ortega, en la cual lanza descalificativos contra Sanjuana, pero técnicamente no niega haber sido cliente del téibol. Cito textual de su carta:
...para evidenciar la actitud aviesa de Sanjuana Martínez, es que la emplazo a que demuestre ante los lectores de SinEmbargo, ante la Procuraduría General de la República (PGR), la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) y ante cualquier otra instancia judicial en otra entidad federativa. También ante la dirección política de mi partido, ante mi familia… el que alguna vez en mi vida haya estado en los lugares que ella menciona o en cualquier otro en donde haya existido o exista prostitución o trata de personas.
Analicemos: La carta de Ortega no dice "nunca he estado en el téibol que dice Sanjuana Martínez". Le dice que demuestre que estuvo ahí. Eso no quiere decir que no haya estado en uno, sino que reta a que se lo demuestren.
Un verdadero deslinde sería decir "niego haber sido cliente del téibol mencionado en la columna de Sanjuana Martínez." Pero Ortega nunca dice eso. Reta a que lo cachen más bien.
Y a eso Sanjuana le responde que el próximo lunes presentará audios y videos que sustentan su columna.
El problema es que lo único que podría presentar Sanjuana que demostraría la presencia de Ortega en un téibol es video de una cámara de seguridad interna.
Pero lo que aparentemente presentará Sajuana es en realidad video del testimonio de la víctima que lo identificó.
Sin embargo, como dijimos antes, ese testimonio no demuestra la participación de Ortega en un ilícito.
¿Entonces a qué están jugando Ortega y Sanjuana Martínez? Porque parece más un show de "¡puto tú!" ¡No! ¡Más puto tú!" que una verdadera divulgación de algún ilícito por parte de Ortega, que sería lo que realmente le debería importar a la opinión pública.
Sepa, pero una cosa es segura; Jesús Ortega y Sanjuana Martínez están dando mejor show que Chaff y Queli. Ya nomás les faltaron unos albures y unas mentadas para amenizar aún más al respetable. Porque así que digas "mira qué bien informado estoy saliendo de esto", pos no.
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