La encuesta pretende hacerle creer al público que 56% de los capitalinos están de acuerdo con el uso de la fuerza contra la CNTE, y que 59% quieren que se aplique la fuerza ya.
También alega la encuesta que a 55% le ha perjudicado las marchas de la CNTE; que a 86% considera que generan mucha afectación; y que 69% considera que no las marchas de los maestros contra la Reforma educativa no se justifican.
Sin embargo, la encuesta tiene un sesgo debido a que, de acuerdo con la metodología publicada por Reforma, se realizó de manera telefónica.
Las encuestas telefónicas en México, se estableció desde 2008, tienen un sesgo a favor del segemento de la población que tiende a votar por el PAN y por el PRI.
El problema es que en el DF sólo el 37% de los electores votan por el PAN y por el PRI.
Es decir, Reforma publicó como opinión de todo el DF la opinión de una minoría de los capitalinos que en realidad no es representativa del sentir de todos los habitantes de la Ciudad de México.
Por si fuera poco, el muestreo de la encuesta, de nuevo de acuerdo con la metodología publicada por Reforma, es pequeño, ya que sólo se contactó vía telefónica a 420 adultos y no se preguntó si tenían credencial de elector.
Para que la encuesta hubiera tenido solidez estadística se tuvo que haber realizada cara a cara a residentes del DF con credencial de elector con un muestreo de más de 500 entrevistados, pero no se hizo de esa manera.
Sin embargo, y a sabiendas de las características de la encuesta, Reforma la presentó como si realmente fuera representativa de todo el DF cuando en realidad no es el caso.
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