lunes, 19 de noviembre de 2012

El sionismo no existe - Parte 1: Orígenes

Por Victor Hernández

Debido a los deplorables ataques genocidas de Israel contra la población palesinta en Gaza -que deberían mandar al gobierno de Israel a la corte internacional de La Haya- en la izquierda no pocos le dieron rienda suelta a su antisemitismo pero disfrazándolo de ant-sionismo.

Y es que una de las teorías de conspiración favoritas de la ultra-mega-recontra-mucha izquierda es la de la existencia de algo que le llaman "sionismo."

¿Qué es el sionismo? La idea de que organizaciones super-secretas de judíos quieren dominar al mundo.

Esa idiotez sale de un texto llamado Protocolos de los Mayores de Sión, en el cual supuestamente un grupo secreto de judíos describe sus métodos para dominar al mundo infultrando todas las organizaciones políticas y controlando a los medios, entre otras patrañas. Dato curioso: en su forma original el Sionismo no llamaba a la creación de un Estado judío.

Sale también de una novela llamada Biarritz, en donde se describe una reunión en un cementerio en la que 13 judíos describen cómo controlan el mundo de las finanzas y de la industria en el mundo.

Pero el sionismo no existe. Es una fabricación usada por la ultra-derecha a finales del siglo 19 para justificar masacres de judíos en Rusia, y buscar chivos expiatorios para las dos guerras mundiales.

Ah, y para hacer guerra sucia contra movimientos revolucionarios ¡de izquierda!

Pero vamos por partes.

En 1864 fue publicado un libro que satirizaba a Napoleón III, sobrino de Napoleón Bonaparte y emperador de pacotilla de Francia, quien era un dictadorcete y borrachín parecido a cualquier dictador de república bananera.

El nombre del libro era Diálogos en el infierno entre Maquiavelo y Montesquieu. El autor, cuyo nombre era Maurice Joly, católico, por cierto, fue a prisión durante 15 meses por haberlo publicado.

Y es que el texto usa al personaje de Maquiavelo para referirise en realidad a Napoleón III. Maquiavelo dice en el libro cosas que probablemente dijo Napeolón III -de ahí que Joly haya sido encarcelado- sobre sus métodos para mantenerse en el poder.

Los métodos mencionados por el personaje de Maquiavelo en el libro son esencialmente:

1. Infiltrar organizaciones políticas todas las ideologías.

2. Controlar a los medios.

Es decir, exactamente lo mismo que dicen los Protocolos de Sión. Pero con un detalle: Joly buscaba criticar a Napoleón III por ser un tirano. NUNCA se refirió a los judíos.

El texto de Joly fue copiado décadas más tarde, palabra por palabra en buena parte, por un espía ruso llamado Piotr Ivanovich Rachkovsky, quien alegó que después de la Revoción Francesa los judíos se conviertieron en los amos de Europa.

La copia de Rachkovsky es lo que se conoce ahora como los Protocolos de Sión.

Y es que Rachkovsky gustaba de falsificar documentos para inculpar a otros de ser enemigos de Estado (del Zar, pues) y atacarlos. Primero falsificó cartas para atacar a movimientos radicales (la izquierda de ese entonces) en Rusia. Luego usó sus "Protocolos" para justificar la masacre de decenas de miles de judíos en Rusia.

Regresemos ahora a 1868. Un tal Sir John Retcliffe publica una novela llamada Biarritz, en la cual inventa una reunión secreta en un cementerio en Praga en la cual 13 judíos describen cómo han estado controlando finanzas e industria en Europa.

El autor de esa novela en realidad era un periodista alemán de ultra-derecha llamado Hermann Goedsche, quien en 1848 fue encontrado culpable de fabricar documentos para calumniar al líder de los liberales de Prusia.

Es decir, se trataba de un panfleto para hacer guerra sucia contra los judíos.

¿Por qué? Porque la derecha europea usó a los judíos como chivos expiatorios para culparlos de la Revolución Francesa. Y aunque usted no lo crea, a principios del siglo 20 los pretendieron culpar ¡de la Revolución Soviética!

Los tales Procolos, por cierto, fueron denunciados como una atrocidad por el propio Zar de Rusia cuando cayó en cuenta de que uno de sus espías los había fabricado, copiando a una sátira de Napoleón III, para matar judíos. Esto, hay que aclararlo, luego de que gracias a los espías del Zar fueron masacrados decenas de miles de judíos en Rusia.

Pasan los años y nadie peló a los Protocolos hasta que llegó la primera guerra mundial. La derecha alemana, buscando a quién culpar por su idiotez de hacer una guerra mundial que finalmente perdieron, empieza a difundir nuevamente a los Protocolos, asegurando que, además, son los documentos secretos de una reunión de judíos que presenció el honorable diplomático inglés Sir John Retcliffe.

Es decir, se trató del uso de una fabricación racista para hacer guerra sucia contra los judíos y de esa manera tener la derecha alemana chivo expiatorio.

Lamentablemente, tanto en Europa como en Estados Unidos se tragaron esa patraña. En Europa, académicos y clases media y alta nunca cuestionaron la veracidad de los Protocolos. Y en Estados Unidos Henry Ford pagó 5 millones de dólares para difundirlos creyendo que eran verídicos.

Lo peor fue la falta de cuestionamiento a la patraña de los "Protocolos" le sirvió a los nazis para usar a los "Protocolos" como uno de sus pretextos para exterminar judíos.

Y es que Hitler alegaba que lo que se decía en los "Protocolos" era cierto en base a lo que pasaba en el mundo.

Es decir, los Protocolos son ciertos porque se ajustan a mi opinión y a mi racismo de lo que pasa en el mundo.

O dicho de otro modo, esto es cierto porque lo digo yo.

Con lo cual tenemos que una obra de ficción para criticar a Napoleón III, y otra obra de ficción de un racista alemán de ultraderecha se convirtieron en lo que hoy se conoce como "Sionismo."

Lo grave, es que varios en la ultra-requete-recontra-mucha izquierda creen en esa teoría de conspiración cuando en realidad el Sionismo no existe, nunca ha existido, y sólo ha sido propaganda de la extrema derecha para atacar a la izquierda.

En el mejor de los casos, alegan que el Sionismo es una conspiración a favor de la existencia de un Estado judío, el cual ya existe. El subtexto, sin embargo, es racista, al sugerir que no debería existir.

Increiblemente, gente de izquierda usa el mismo argumento de Hitler para respaldar la supuesta veracidad del Sionismo. Ayer por la noche, por ejemplo, alguien me escribió esto en Twitter:

"PERO LAS TACTICAS DE LAS QUE HABLA SIR JHON RECTLIFE EN BIARRITZ SI EXISTEN Y ESTAN BIEN VIGENTES"

TRADUCCIÓN: Los Protocolos son ciertos porque se ajustan a mi opinión y a mi racismo de lo que pasa en el mundo.

Igual que Hitler.

¿Ven lo peligroso de hacerle caso a teorías de conspiración como lo del "Sionismo"?


PD: En la segunda parte de esta serie, la cual publicaremos en una hora, hablaremos a fondo de por qué la gente cree en la patraña del Sionismo y nunca lo cuestiona.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario