Finalmente se pronunció el ex candidato presidencial priista, Enrique Peña Nieto, respecto a la transparencia sindical en la reforma laboral, y se pronunció en contra.
Y es que Peña Nieto salió con la batea de babas de que sí está a favor de la transparencia sindical pero "en alcance de la autonomía que tienen los sindicatos." Que porque "entre las conquistas laborales está el que los sindicatos tengan capacidad política y económica".
Eso quiere decir que NO está a favor de la transparencia sindical, ya que pretende justificar que los sindicatos tengan opacidad en lo político y económico. Obvio. Eso es lo que le permite a gente como Carlos Romero Deschamps y Elba Esther Gordillo, ambos aliados de Peña Nieto, estar en donde están.
Eso quiere decir también que la línea ya está dada en el PRI en el Senado: No permitir la transparencia sindical. Y por lo menos en comisiones, la transparencia sindical no va a pasar.
Esto debido a que habría un empate en la comisión del trabajo entre 6 senadores del PRI en contra de la transparencia sindical y 6 del PAN y del PRD a favor. Pero en casos de empate, el voto del presidente de la comisión, en este caso priista, decide la votación.
Queda entonces la posibilidad de regresarle la transparencia sindical a la reforma laboral en el pleno del Senado, donde hay más senadores de oposición que del PRI.
Si eso se logra, y la transparencia sindical pasa, la reforma laboral se regresa a San Lázar y entonces el PRI la manda a la congeladora.
Por lo pronto una cosa es cierta: Peña Nieto no quiere la transparencia sindical. Así que si la transparencia sindical pasa en el Senado, la reforma laboral no pasa en San Lázaro.
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