Ayer el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación le dio impunidad al PRI retirándole la multa por su spot del audio del supuesto charolazo para AMLO, alegando que no hubo calumnia ya que sólo se decía que Luis Creel estaba en una reunión privada.
Mintió el Tribunal Electoral. El spot hace una comparación directa entre el caso Bejarano-Ahumada y Luis Creel, lo cual claramente es una calumnia, ya que en el caso de la cena de Creel nunca ocurrió un intercambio de dinero.
El mismo día, el TEPJF ratificó una multa de 2.6 millones de pesos para los partidos PT y Movimiento Ciudadano por un spot de Héctor Bonilla donde el actor promueve a MORENA. No a AMLO, no a un partido; a MORENA, que es una Asociación Civil.
Ah bueno, pues para el Tribunal Electoral eso fue un acto adelantado de campaña.
Falso de nuevo, pero el Tribunal Electoral aparentemente no se guía por la verdad ni por la justicia, sino por lo que le conviene al PRI.
¿Cómo se puede esperar imparcialidad del TEPJF si esa es la actitud que tomaron de darle impunidad al PRI e inventarle delitos inexistentes a la izquierda?
Mucho menos se le puede creer al presidente del TEPJF, Alejandro Luna Ramos, cuando dice que no se va a excusar de la impugnación contra la elección presidiencial porque cuando dijo que nadie ganará en la mesa lo que no ganó en las urnas, pues ya lo había dicho antes.
Pero conste: las pruebas del fraude de Peña Nieto son contundentes. Ya si el TEPJF le rebusca a la ley para torcerla y permitir el fraude de Peña Nieto, serán los propios magistrados los que estén mandando al diablo a las instituciones.
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