De acuerdo con Reforma, el documento indica que las tarjetas no se obtuvieron por medio de Monex, sino por medio de la empresa Alkino Servicios y Calidad SA de CV a un costo de 1.68 millones de pesos y 50 pesos más IVA por cada una de las tarjetas.
Alkino, además, facturó 2.56 millones de pesos por concepto de financiamiento para el PRI del 5 de mayo a 5 de julio de 2012.
"Con fecha del 1 de marzo de 2012, el PRI celebró contrato con la empresa Alkino a través del cual se obligó a prestar servicios de desarrollo, diseño e implementación de solución y negocios, basados en mecanismos de disponibilidad inmediata, de recursos monetarios, consistentes en la entrega de tarjetas de prepago con recursos disponibles para ser utilizados por personas autorizadas por el partido", dice el documento entregado a la PGR.
El PRI niega además las acusaciones de que las empresas Inizzio y Efra tengan relaciones contractuales con el PRI, o que lo tenga Monex.
Según el PRI, las tarjetas se pagaron por medio del gasto corriente del PRI para reforzar la contratación de personal y de algunos colaboradores que fungieron como representantes generales.
Andrés Manuel López Obrador presentó evidencias de que la campaña de Enrique Peña Nieto se benefició de lavado de dinero por medio de empresas que compraron tarjetas de Monex para que fueran usadas por sus operadores electorales.
Existe ante el IFE evidencia que operadores del PRI fueron, en efecto, detenidos con las tarjetas de Monex.
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