A unas horas de que el equipo jurídico de Andrés Manuel López Obrador presente la impugnación a la elección presidencial de 2012, pidiendo que se invalide, la derecha y los medios afines al PAN y al PRI han iniciado una estrategia de desinformación tratando de convencer al público de que no es posible demostrar la compra de voto.
El alegato de los medios es mentiroso y burdo. No sólo existen evidencias de compra y coacción de voto -videos, inclusive- sino que además la ilegalidad no ocurre cuando se compra el voto, sino cuando se OFRECE una dádiva a cambio del mismo.
El investigador John Ackerman, inclusive, le respondió a la FEPADE, por medio de Twitter, que se equivoca al decir que se debe comprobar que el voto haya sido comprometido, y que el sólo ofrecer cualquier dádiva a cambio del voto es delito.
Y es que, en el colmo de la desinformación, la FEPADE alega que el PRD no ha presentado denuncias por compra de voto.
Lo que la FEPADE no dice es que quien presentó las denuncias no fue el PRD, sino Martí Batres como integrante del equipo jurídico de Andrés Manuel López Obrador para la defensa del voto. De más de 400 denuncias que interpuso Martí Batres, casi 300 son por compa de voto. Esto lo dio a conocer el propio Batres ayer en conferencia de prensa.
Una de dos, o la titular de la FEPADE, Imelda Calvillo, no va a la oficina y no se entera de lo que pasa en la instancia a su cargo, o de plano está desinformando.
Ese parecería ser el objetivo de la derecha ante la inmimente impugnación de AMLO: Desinformar. Engañar a la opinión pública sobre la compra de voto.
El objetivo de esta desinformación parecería ser tratar de quitarle presión ciudadana al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para que pueda rechazar la impugnación sin consecuencias políticas.
Y es que el resultado del rechazo a la impugnación de 2006 por parte del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación fue el repudio al gobierno espurio de Felipe Calderón, lo cual le impidió a los intereses de la derecha operar como ellos querían.
Una sentencia del TEPJF en 2012 con un alto rechazo popular tendría las mismas consecuencias para Enrique Peña Nieto. De ahí que ahora los intereses de la derecha estén tan necios en mentirle a la gente para hacerle creer que mejor se resignen y que no le hagan caso a AMLO, a pesar de que tiene las pruebas en la mano para exigir la invalidez de la elección.
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