Lo curioso del caso es que la persona que llamó NUNCA se identificó, ni quiso dar el nombre de laempresa que conduce tal encuesta, a la que llamó "consulta ciudadana". El diálogo fue más o menos así:
PENDEJO PEÑISTA: -Buen día, le estamos llamando para realizar una serie de preguntas de consulta ciudadana (omitan los lectores la pésima sintaxis, juro que estoy respetando textual las palabras del tipo). Las respuestas que nos de son totalmente anónimas, ¿le gustaría participar?
YO: -A ver, a ver, a ver; primero que nada, ¿qué empresa es la que conduce el estudio? ¿De dónde está llamando?
PENDEJO PEÑISTA: -¿Quiere datos completos señor?
YO: -Quiero saber quién me está llamando.
PENDEJO PEÑISTA: -No se los puedo proporcionar (aaaaah, cabrón!!!! ¿Me llaman para pedirme mi opinión, supuestamente "anónima" -aunque tienen mi teléfono- y cínicamente me dicen que no me van a decir quién me llama?)
YO: -Ah! entonces ustedes quieren hacerme preguntas pero no me quieren decir de parte de quién?
PENDEJO PEÑISTA (enojado): -POR SUPUESTO QUE NO.
YO: -¿Y por qué no me quiere decir quién conduce el estudio?
PENDEJO PEÑISTA (enojado): -¿Le gustaría participar o no?
YO: -"Por supuesto que no" (cuelgo).
Ya me han comentado cómo son esos "estudios de opinión", donde un equipo de pendejitos al que el PRI les paga sueldos de hambre ($1,500 a la quincena, aprox.) se la pasa marcando a números del directorio para, cuando algún incauto accede a escucharlos, intentar inducir al elector con preguntas sobre la importancia de los "compromisos firmados" y de tener un presidente "que firme y que cumpla". Las dos promesas huecas y falaces de Peña Nieto, pues.
Me parece ridículo que el PRI recurra a estas estrategias tan absolutamente pendejas, que en vez de promover el voto por su candidato lo que hacen es enervar a la población, ya de por sí enchilada por tanto latrocinio tricolor.
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