El columnista Héctor Tajonar anunció su renuncia al diario Milenio debido a que el director de ese medio, Carlos Marín, le pidió en una llamada telefónica que dejara de criticar a Televisa en su columna. Que porque Milenio TV tiene un convenio con Televisa para la transmisión por cable.
Tajonar no lo pensó dos veces y escribió su carta de renuncia, balconeando la llamada de Marín, en la cual el también participante de Tercer Grado habría dicho que las columnas de Tajonar muestran rencor hacia la televisora.
Eso del rencor, o de los resentimientos, es un recurso muy trillado -y muy falso- que yo he visto en situaciones en las que se busca justificar el retiro de algún elemento incómodo de algún lugar para poder venderse, por ejemplo, al PRI.
Lo he visto ocurrir cuando alguien, digamos, no quiere que el PRI, o sus intereses, o el que esté en el poder, le dejen de dar dinero a cambio de lustrarle el calzado o de ocultar sus pifias y cochinadas varias.
"¡Es que es el resentimiento! ¡Son unos resentidos!" he escuchado antes.
¿Cuántos no le dijeron "resentidos sociales" a los pejistas, por ejemplo, para justificar el fraude electoral de Felipe Calderón? Hoy en día, esos mismos se dicen "anulistas" y no quieren saber nada del PAN.
Si es el caso o no con Milenio, vaya usted a saber. Lo cierto es que era perfectamente del dominio del público que hay convenios entre Televisa y Milenio.
Lo que es novedad es que el asunto haya llegado al punto en el que ya cualquier crítica es un problema para Televisa y sus intereses. Eso lo que sugiere es que Enrique Peña Nieto realmente ha caído en las preferencias electorales y ahora buscan cómo hacer control de daños a como de lugar.
Y uno de esos controles de daños, supongo, sería el evitar las críticas a Televisa, principal defensora de Peña Nieto.
Pudo más la dignidad de Héctor Tajonar, quien prefirió renunciar a Milenio a que le den línea para no criticar a Televisa. Creo que ha sido el caso en otros lugares donde también se busca quedar bien con los intereses del PRI por simple ambición vulgar y desesperación por tapar baches causados por torpezas propias.
Qué bueno que aún hay escritores con principios en México. Mi solidarid a Héctor Tajonar. Le podrán llamar "rencoroso" o "resentido" (y mentirán), pero vendido e incongruente jamás.
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