Molinar se suelta enumerando una retahila de presuntos "logros" del PAN, e invariablemente agrega que con el PRI "de siempre" nada de lo hecho por los blanquiazules se habría logrado. Pero ya que el petulante ex-académico se siente con autoridad moral para incluir también a MORENA en su visión maniquea de "buenos contra malos, malotes", valdría la pena recordar que también a Juan Francisco Molinar Horcasitas hay cosas que le enfurecen sobremanera:
1. Pocas cosas enojan más a Molinar Horcasitas que recordarle sus pininos en la política, cuando en 1976 fue representante de casilla en las elecciones donde resultó triunfador José López Portillo. Le molesta recordarlo porque mientras en sus años mozos luchó por la democracia, hoy reniega de ella sirviendo de alfil siniestro a un gobierno de facto que llegó al poder por la via del fraude electoral.
2. Pocas cosas enojan más a Juan Molinar que cuestionarlo sobre sus hazañas en el IFE, donde fue Consejero al lado de Emilio Zebadúa y José Woldenberg, personajes que mantienen más o menos intacto su prestigio académico, mientras Horcasitas, quince años después, pasará a la historia por la puerta trasera, la que da a la cloaca.
3. Pocas cosas enfurecen a Juan Francisco Molinar como el calificativo de "mafioso", que la esposa de Carlos Ahumada le endilgó cuando lo acusó de haberla amenazado, en 2006, para que diera a conocer más videos supuestamente sobre AMLO. Según la mujer de Ahumada, Molinar la trepó a una camioneta de la PGR, se dirigió a ella en forma amenazante y le exigió que cumpliera su parte del trato "o se atuviera a las consecuencias".
4. Pocas cosas sacan más de quicio a Molinar que recordarle que él, como director general del IMSS, fue el iniciador de las licitaciones para subrogar los servicios de las guarderías; y lo hizo con una irresponsabilidad tal, que otorgó estas concesiones a verdaderos mercaderes sin preparación alguna para dedicarse a ello. ¿El resultado? 49 bebés calcinados en la Guardería ABC de Hermosillo, una pariente política de Felipe Calderón con la bolsa llena de billetes, y ningún responsable en la cárcel. Ni uno solo. Ah, pero el señor Molinar se indigna cuando se le llama "Molinar Hornea Niños", como fue bautizado en las redes sociales por cientos de mexicanos encabronados.
5. Pocas cosas enervan tanto a Horcasitas como señalar que su paso por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes -a donde fue llevado para darle impunidad luego del escándalo de la Guardería ABC- estuvo marcado por su conducta servil a los intereses de Televisa, a quienes prácticamente regaló la Licitación 21 y con ella miles de kilómetros de fibra óptica propiedad de CFE.
6. Casi nada encanija tanto a Francisco Molinar como recordarle que su perniciosa gestión al frente de SCT también estuvo marcada por la quiebra de Mexicana de Aviación, a quien el "gobierno" calderonista asfixió y dejó morir sola para doblegar a los trabajadores y quitarles sus derechos laborales.
7. Pocas cosas encabronan a Horcasitas tanto como hacerle ver que, en todos los huesos que ha roído dentro del presupuesto, ha sido un rotundo fracaso, una nulidad; un lastre a quien una y otra vez tienen que rescatar y, también una y otra vez, mandarlo a refugiarse a otro cargo público, quizá porque en relación con sus protectores políticos, Juan Francisco Molinar Horcasitas, como en las películas, "sabe demasiado".
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